Los circuitos turísticos nos permiten organizar la oferta, aprovechar mejor los recursos, lograr una imagen única de una zona determinada, y en definitiva atraer a mayor número de turistas, satisfaciendo mejor sus necesidades. Combinando lo tradicional con nuevas opciones, atendiendo a las nuevas necesidades de los turistas, uniendo lo natural con lo cultural, podemos ofrecer hoy posibilidades renovadas de disfrutar la variedad de la provincia de Santa Fe.

LA COSTA Y SUS NUEVAS OPCIONES

La Provincia está surcada por ríos, lagunas, riachos, que le imprimen a la región características peculiares.
Con una numerosa fauna autóctona así como una vegetación frondosa y colorida, se convierte en el marco ideal para la caza, la pesca, los deportes náuticos o el safari fotográfico.
Para disfrutar del río se ofrecen diferentes posibilidades: desde los balnearios más urbanos como los de Santa Fe y Rosario -puntos de encuentro de lanchas, yates y motos de agua-, hasta lugares alejados y semisalvajes, donde los fanáticos de la pesca se internan en arroyos y riachos para ir en busca de dorados, surubíes, amarillos, patíes, moncholos, armados, bogas y otras tantas especies ideales para la fritanga isleña.
Una opción intermedia es la línea que dibujan un conjunto de pintorescas localidades distribuidas a lo largo de la ruta 1, como San José del Rincón, Santa Rosa de Calchines, Cayastá, Helvecia, Saladero Cabal, San Javier, Alejandra, Romang y Reconquista que cuentan con instalaciones de camping, cabañas y bungalows y que atesoran muchas de ellas valiosos sitios históricos.
Este corredor en particular -el de la ruta 1- es uno de los de mayor interés y con mejores perspectivas para el desarrollo; debe tenerse en cuenta la oferta diversificada que presenta y la necesidad de preservar en él el medio ambiente y los recursos naturales.

EL CAMPO: NUEVO RECEPTOR DE TURISTAS

Así como en todo el mundo y en estos últimos años también en nuestro país, en Santa Fe comienza a desarrollarse un tipo de turismo directamente relacionado con sus características como provincia productiva: el TURISMO RURAL.
La provincia, parte significativa de la llamada pampa húmeda, se caracteriza por contar con un gran número de establecimientos dedicados a las tareas agropecuarias.
Algunos de ellos, abiertos al público, ofrecen al turista la posibilidad de vacacionar en un contexto de singular belleza y tranquilidad, con el sabor genuino de las antiguas estancias del interior.
Los visitantes pueden asistir a las actividades cotidianas del campo, como la siembra, cosecha, manejo de hacienda, ordeñe de animales, y otras tradicionales como pialada, doma, yerra, además de disfrutar de cabalgatas, juegos criollos como bochas y corrida de sortija, caminatas, fogones y guitarreadas.
Podrán degustar además de todos los productos en su lugar de origen: miel, dulce de leche, pan casero, huevos, carne de novillito, cordero, y demás productos regionales como embutidos y quesos.
En esta línea se asesorará a los establecimientos rurales que conformen o puedan conformar el sector en vistas a la Red Santafesina de Turismo Rural, aprovechando también el lanzamiento del Programa Nacional de Turismo Rural, en lo que hace a la capacitación en las formas de comercialización y legislación sobre el tema.

LAS GRANDES CIUDADES DE LA PROVINCIA

Santa Fe cuenta con dos ciudades fundamentales a la hora de repensar las ofertas turísticas.
Tanto Santa Fe -la capital - y Rosario -su ciudad más pujante e importante por número de habitantes- ofrecen excelentes posibilidades para desarrollar un turismo urbano, de corto tiempo, relacionado con el descanso, el aprovechamiento del río, la estadía en buenos hoteles y restaurantes, la vida nocturna y las actividades culturales.
Es fundamental, para una estrategia turística provincial, revalorizar estas dos urbes y promocionarlas como tales, sobre todo apuntando al turista del interior de la provincia y a aquel que visita estas ciudades por otras razones (contingentes de congresos, viajes de negocios, etc.)

LA NOVEDAD DEL TURISMO ÉTNICO

A fines del Siglo XIX nuestro país recibió una corriente inmigratoria que modificaría definitivamente nuestra composición social y cultural.
La provincia de Santa Fe fue uno de los lugares preferidos por miles de italianos, españoles, franceses, suizos, alemanes, polacos, judíos, que se asentaron en esta región, fundando sus colonias y desarrollando una intensa actividad agropecuaria y más tarde comercial.
Estas colonias conservan el recuerdo de aquellos que le cambiaron para siempre la fisonomía a esta región: objetos personales, fotos, historias, antiguos molinos y estaciones ferroviarias, obras de arte, fiestas y comidas típicas, lo hacen sentir al visitante rodeado de un pasado directamente ligado a sus antecesores, en medio de la serenidad de sus paisajes naturales y la hospitalidad de su gente.
Localidades como Esperanza, Rafaela, Gálvez, Moisés Ville, San Justo, Humboldt, Pilar, San Jerónimo Norte, San Carlos, entre otras tienen la posibilidad de atraer a turistas que deseen tomar contacto con sus raíces y que pueden disfrutar de las numerosas fiestas típicas de las distintas colectividades.
El público a atraer puede ser en este caso de la misma provincia, de otras provincias e incluso del exterior, si tomamos en cuenta el interés de numerosos turistas de diferentes países del mundo por visitar los lugares elegidos por sus abuelos para "hacer la América".
El turismo étnico se relaciona también con una variante que es la del turismo religioso, que se concentra en atraer contingentes a las diferentes fiestas religiosas -la de la Virgen de Guadalupe en Santa Fe por ejemplo-, santuarios, así como a localidades directamente relacionadas a una etnia y a una religión como es el caso de Moisés Ville.

OTROS PUNTOS

Desde Rosario hacia el sur y hacia el oeste, nos encontramos con una serie de pueblos antiguos, fortines y postas, donde se desarrollaron importantes acontecimientos de la historia nacional; grandes estancias, así como poblados surgidos a partir del proceso inmigratorio.
Algunas de estas localidades son Villa Constitución, Venado Tuerto, Rufino, etc.
En esta zona también se halla la ciudad de Melincué en la que se encuentra la renombrada laguna del mismo nombre: un espejo de agua de 14.000 hectáreas que ya desde el Siglo XIX atraía a los viajeros por las cualidades curativas del agua y del barro de la misma. En los últimos años, la Sociedad Argentina de Estudios Termales respaldó científicamente la leyenda, incluyéndola en el Mapa Termal de la República Argentina, y la Cámara de Senadores de la Provincia declaró a Melincué "Capital del Turismo Termal".
Desde Santa Fe hacia el norte por la ruta 11 pueden visitarse colonias, antiguas estancias, pueblos de indios y finalmente los mojones de la industria taninera hasta llegar al preciso lugar donde se asentara La Forestal: auténtica arquitectura británica en medio de un extraño paisaje de palmeras y lagunas de singular belleza.
Algunos de los lugares que pueden recorrerse son Vera y Pintado -donde se encuenta la chimenea de la primera taninera-, La Gallareta -trazado urbano de la Ex Forestal-, Las Toscas -mangrullo del Fortín Las Toscas-, entre otros.
Desde Santa Fe hacia el noroeste hallamos una serie de pueblos y ciudades que albergaron a los viejos fortines que conformaron las distintas líneas de la frontera norte con el Chaco, así como una serie de núcleos urbanos nacidos al amparo de la expansión del ferrocarril. Algunos de ellos son: Laguna Paiva, San Justo, San Cristóbal, Sunchales, Tostado, Fortín Olmos, entre otros



home